Tradicionalmente, el médico veterinario ha sido visto como el “amable doctor” que cuida y sana a nuestras mascotas .
Sin embargo, el actual mundo globalizado, el aumento del mercado en la producción de alimentos y el arribo de nuevas y cada vez más peligrosas pandemias provenientes del mundo animal, están produciendo nuevos giros en esta interesante y antigua profesión.
Hoy en día, el énfasis de los nuevos profesionales de la veterinaria va más allá de las mascotas y el ganado. Ahora, la carrera está muy asociada a la alta producción de alimentos, la inocuidad alimentaria (básica en estos tiempos) y en la conservación de las especies domésticas y silvestres.
“En la actualidad, la emergencia de nuevas enfermedades ocurre aproximadamente cada ocho meses y la amenaza de nuevas enfermedades zoonóticas es un peligro constante. Por ello para salvaguardar la salud pública, es importante reclutar nuevos médicos veterinarios que estén preparados en muchos temas como la investigación biomédica, la investigación en laboratorios y mucho más. Es una carrera que se renueva frecuentemente”.
El joven que quiera dedicarse a esta profesión debe tener un perfil bien delimitado: en primer lugar, debe tener compasión y cariño por el bienestar y protección animal .
Y en segundo lugar, tener una gran vocación por la sociedad. “Además de eso, debe ser paciente y metódico, y ser muy detalloso para elucidar problemas de un paciente que no habla. Por último, debe tener un amplio interés por investigar”.
Cabe indicar que el radio de acción de un médico veterinario es bastante amplio y puede ser muy rentable si se hace un buen trabajo.
Además de las típicas clínicas veterinarias, un médico puede ser responsable de unidades productivas de aves y cerdos en diversas empresas. También puede participar en la crianza de caballos o ser parte de instituciones estatales responsable del control de enfermedades que impactan la producción animal.
Por si fuera poco, hay otros nichos interesantes como el control sanitario, la asesoría para la exportación de productos pecuarios (aves) e hidrobiológicos y la investigación dentro de programas de conservación de animales silvestres en peligro de extinción. “Eso es algo que en el Perú se puede expandir. Sin duda, los retos de la profesión son enormes”.